La presidenta del Consejo Consultivo de Galicia, Teresa Conde-Pumpido, ha presidido la presentación de la obra «La prestación de servicios sanitarios ante los retos del siglo XXI», que aborda la noción del consentimiento informado como obligación del personal sanitario y derecho del paciente a decidir sus preferencias en cuanto a los cuidados médicos que desea recibir.
Conde-Pumpido ha citado al Tribunal Constitucional, al señalar que la dignidad de la persona «exige ese consentimiento informado del paciente, sea para una operación puntual, para hacer un test vital o una donación de órganos; y todo el resto de la relación tiene que hacerse con él y las responsabilidades sanitarias van a venir principalmente de no respetar esos derechos del paciente. El enfermo “tiene derecho a saber cuáles son las alternativas y cuáles los riesgos que se pueden correr, y decidir, porque es quien va a sufrir las consecuencias o recibir los beneficios”.
La presidenta del Consejo Consultivo de Galicia ha afirmado que «el único que puede hacer un testamento vital es la persona. La que tiene que decir cómo quiere morir es la persona, no son los demás, eso son los derechos esenciales, los derechos humanos. El resto de las soluciones, desgraciadamente, vienen de la política».
Por su parte, Belén Trigo, una de las coordinadoras de la publicación, ha explicado que el trabajo aborda el CI como la «autonomía de la voluntad de los pacientes» y como «uno de los retos a los que tiene que enfrentarse la prestación de los servicios sanitarios». «De una relación de superioridad del médico se intenta pasar a otra relación de mayor igualdad en la que el paciente tenga la posibilidad de decidir por sí y sobre sí mismo», ha indicado Trigo. En este sentido, explicó que este concepto ha modificado el modelo de la prestación sanitaria y tiene grandes repercusiones en la sanidad tanto pública como privada, de forma que afecta al ámbito de los seguros médicos o de la responsabilidad, entre otros aspectos.
La coordinadora de «La prestación de servicios sanitarios ante los retos del siglo XXI» ha hecho hincapié en que aunque el trabajo no aborda la eutanasia como tal, sí trata aspectos «relacionados» o «próximos» como las instrucciones previas o voluntades anticipadas, el denominado ‘testamento vital». En este sentido, se ha referido a aspectos como el encarnizamiento terapéutico o los cuidados que quiera o no recibir una persona en determinadas situaciones, como es el caso de enfermos terminales. «Son situaciones en las que el enfermo en ese momento carece de capacidad o no tiene conciencia para decidir», por lo que «previamente deja manifestada cuál es su voluntad para esas circunstancias», ha precisado. La publicación ha sido elaborada por profesionales de los ámbitos médico y jurídico principalmente, y trata también supuestos concretos, como las instrucciones previas o voluntades anticipadas, así como la donación de órganos y tejidos.