La clínica universitaria de la Charité de Berlín muestra desde hoy al público las «extralimitaciones» en el campo de la medicina cometidas durante el nacionalsocialismo por facultativos, científicos y personal del centro y de la Facultad de Medicina de la capital alemana, a la que estaba adscrito.
«El inicio fue un cambio sutil en la postura fundamental de los médicos. Comenzó con aceptar la postura de que hay determinadas vidas que no vale la pena ser vividas». Esta es una cita del psiquiatra y neurólogo austríaco-estadounidense Leo Alexander, asesor clave durante los juicios de Núremberg a los médicos nazis (1946), que sirve de punto de arranque para la exposición.
Al presentar la muestra a los medios, el presidente de la junta directiva de la Charité, Karl Max Einhäupl, recordó que, durante los juicios de Núremberg, los médicos responsabilizaron a «otros» de lo ocurrido, al escudarse en el argumento de que cumplían órdenes, pero subrayó que «en medicina, la responsabilidad no es compartible».
En un primer apartado, la exposición ilustra el destino de diversas víctimas del régimen nazi, entre los que figuran no sólo pacientes, sino también estudiantes de Medicina y científicos, despedidos de la clínica y perseguidos.
La segunda parte de la muestra, instalada en el hospital psiquiátrico en la sede central de la Charité, ofrece una aproximación al punto de vista de los facultativos y el personal a través de nueve disciplinas médicas, que abarcan la antropología, la anatomía, la dermatología y venereología, la ginecología y la obstetricia, la cirugía, la psiquiatría y la pediatría.
Se recuerda, por ejemplo, las esterilizaciones forzosas de mujeres con algún tipo de discapacidad física o psíquica o los ensayos de vacunas en niños.
«La ciencia debe superar fronteras», afirmó Einhäupl, pero la cuestión radica en establecer dónde están los limites que no deben superarse aunque se busque que la medicina avance.
La comisaria de la exposición, Judith Hahn, del Instituto de Historia de la Medicina, explicó que la exposición se centra en la historia de la Charité durante el nazismo, pero también en los peligros de la medicina moderna.
Destacó asimismo los muchos casos de «ambivalencias» en las biografías de los médicos, en los que no todo es solo «blanco y negro».
Uno de los objetivos a la hora de mostrar estas «extralimitaciones» en la medicina, agregó, es «invitar al diálogo acerca de la responsabilidad en la medicina y la ciencia en el pasado, el presente y el futuro»